En el presente blog analizaremos la leyenda de la Fuente Misteriosa, la cuál en la actualidad encuadraríamos en el “paseo de la Rosa” muy cerca de la estación de tren y del Castillo de San Servando. Una pequeña leyenda del Toledo secreto.
Era principios del siglo XIX y la Guerra de la Independencia ya iniciada cuando en Toledo los franceses sometían y humillaban a los habitantes sin mas propósito que hacerles pasar vergüenza.
Algunos barrios se organizaron en pequeñas milicias con el objetivo de expulsar al pueblo invasor y al menos luchar con alguna honra. Uno de los primeros barrios fue el de San Miguel, el cuál consiguió rebelar a cientos de hombres y oponerles resistencia a los franceses en la ciudad.
Los toledanos denominaban a la fuente , la de “Cabrahigos”, cercana a la estación del AVE, y hasta que llegaron una tarde calurosa de verano un soldado francés y una guapa toledana afín a las relaciones con el vecino invasor. Los muchachos se apoyaron sobre la fuente regalándose caricias y abrazos y disfrutando a la vez de una merienda. Pero una vez que ambos dispusieron a pasar a mayores, surgió de la nada un viento misterioso que produjo un sonido cuanto menos tranquilizador de las ramas de los árboles que cubrían la fuente. El soldado francés se percató de que el agua que emanaba de la fuente lo hacía cada vez con mas brío y tras unos momentos ambos muchachos escucharon lo que parecía una colilla salida desde una voz de la propia fuente que le decía algo como: “Vale mas un migueleño que todos los de la Plaza”.
Rápido, el soldado francés sacó su espada con el fiel convencimiento de que se trataba de alguien escondido entre los árboles, o detrás de las piedras de la fuente, pero cuando se percató de que allí no había nadie mas que ellos dos, convenció a la muchacha de salir de allí a toda prisa.
Lo misterioso de todo aquello eran las voces que salían de la propia fuente en forma de coplilla o advertencia. Fueron otras noches las que los visitantes que acudían a la fuente enterados de la historia de los jóvenes se acercaron a comprobar de donde procedían esas misteriosas voces.
Después de todo aquello los toledanos de la zona decidieron llamar a la fuente, la Fuente Misteriosa. Pero, ¿que fue de la muchacha y el soldado?. La muchacha después de todo el revuelo que causaron sus vivencias en la fuente, terminó por volverse loca y atormentada por la culpa de relacionares con el invasor y decidió marcharse lejos de la ciudad. El soldado francés no duró tampoco mucho en la ciudad asfixiado por las voces que una y otra vez retumbaban en su cabeza y de las que no encontraba explicación alguna.
Ésta y otras muchas leyendas, una mas recientes y otras mas antiguas repasaremos en este blog con el afán de darlas a conocer y entender el porqué de muchos de los nombres de las calles y plazas de la ciudad, las cuáles guardan en cada rincón un pequeño secreto o leyenda oculta.